A todos nos preocupa el sufrimiento público y queremos soluciones reales. Para llegar a las correctas, primero debemos comprender verdaderamente el problema.
El sufrimiento público es el resultado directo de los fracasos del gobierno. Durante décadas, el gobierno ha invertido insuficientemente en los sistemas públicos. Se han despojado de determinadas comunidades. Y han erosionado la red de seguridad social. Todo esto ha llevado a las crisis superpuestas de sobredosis y falta de vivienda que vemos hoy. Las personas que sufren públicamente son las más directamente afectadas por estos fracasos. Muchas de las personas obligadas a vivir en las calles también luchan contra la adicción o consumen drogas para afrontar el trauma de la falta de vivienda.
Resolver el sufrimiento público requiere abordar sus raíces estructurales y sistémicas. Sin embargo, los funcionarios electos no culpan a los individuos. Es políticamente más fácil para ellos hacer eso que crear el cambio sistémico que necesitamos desesperadamente. Enfoques fallidos como la criminalización contribuyeron a provocar las condiciones actuales. Pero los mismos funcionarios intentan decirnos que estos enfoques fallidos son soluciones.
Apoyo eficaz al centro de soluciones, no criminalización. Se centran en la salud, brindan una atención continua completa y centralizan las respuestas comunitarias. Estudios muestran Las respuestas de salud pública reducen las muertes por sobredosis y otros daños asociados con el consumo de drogas de manera más efectiva que el encarcelamiento. Necesitamos aumentar el alcance en las calles y crear equipos de respuesta liderados por la comunidad. Necesitamos ofrecer más viviendas y refugio humano. Y necesitamos abrir centros de prevención de sobredosis para llevar el consumo de drogas al interior y conectar a las personas con la atención médica.