Estamos en medio de un trágico aumento de muertes por sobredosis de drogas. Se han perdido innumerables vidas, cada una dejando una brecha irreparable en los corazones y las vidas de sus familiares y amigos. Estas tragedias se honran mejor mediante la implementación de soluciones basadas en evidencia que ayuden a las personas, las familias y las comunidades a sanar y que eviten muertes evitables adicionales.
Este informe examina una estrategia, el "homicidio inducido por drogas", que la evidencia sugiere que está intensificando el problema, en lugar de ayudar, y llama a los líderes a recurrir a medidas comprobadas para abordar las tasas de muertes por sobredosis que aumentan rápidamente.
¿Qué es el “homicidio inducido por drogas”?
El homicidio inducido por drogas se refiere al delito de entrega de drogas que resultan en una muerte.
En la década de 1980, cuando la guerra contra las drogas se salió de control, el gobierno federal y muchos estados aprobaron leyes destinadas a castigar a las personas que proporcionaban drogas que provocaban muertes por sobredosis accidentales con sentencias equivalentes a las de homicidio involuntario y asesinato.
Durante las primeras décadas, estas leyes rara vez fueron utilizadas por la policía o los fiscales, pero las tasas cada vez mayores de muertes por sobredosis de drogas en todo el país han llevado a la policía y los fiscales a revivirlas.
¿Cómo perjudican estas leyes a las personas?