Declaración de la Drug Policy Alliance sobre el asesinato de Daniel Prude por parte de la policía de Rochester

Nueva York, NY – En respuesta al abominable asesinato de Daniel Prude por parte de la policía de Rochester mientras sufría una crisis de salud mental, y los intentos posteriores de usar acusaciones de uso de sustancias para culparlo por su propio asesinato.melissa moore, Director del Estado de Nueva York de Drug Policy Alliance, emitió la siguiente declaración:

“Es horrible que la llamada de ayuda de un miembro de la familia durante una crisis de salud mental resultara en que la policía de Rochester matara a Daniel Prude. Si bien su muerte ha sido declarada oficialmente un homicidio por asfixia, es absurdo que en la autopsia también figure “delirio excitado”, condición que ni siquiera es reconocida por numerosas organizaciones de salud, e intoxicación por PCP. Esto refleja un patrón más amplio en el que las fuerzas del orden intentan culpar a las personas en medio de una crisis de salud mental o supuestamente bajo la influencia de sustancias por su propia muerte a manos de la policía. No se equivoquen, la intoxicación por PCP y el “delirio excitado” no mataron a Daniel Prude. La violencia policial mató a Daniel Prude. La guerra contra las drogas que ha desviado valiosos recursos de la salud comunitaria hacia la policía militarizada mató a Daniel Prude. 

No permaneceremos en silencio durante otro intento de culpar a alguien por su victimización simplemente porque supuestamente consumieron drogas. No podemos excusar las acciones policiales violentas. Hemos visto esto demasiadas veces. Nueva York debe dejar de operar de una manera que priorice y valore la criminalización y la demonización sobre las respuestas de salud que se centran en el bienestar de una persona cuando está en crisis. 

El gobernador Cuomo debe dejar muy claro que la salud mental y el consumo de sustancias no deben tener nada que ver con la policía. Tiene el poder de emitir una orden ejecutiva que exige que los municipios desarrollen un plan para la reforma policial para garantizar que Nueva York cambie su enfoque de la policía y, en cambio, reasigne esos recursos a las agencias de salud de la ciudad y el estado, los programas de reducción de daños y las organizaciones comunitarias. – todos los cuales están mejor capacitados y equipados para abordar crisis agudas y mantener seguras a nuestras comunidades”.