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El jueves 6 de noviembre, policías armados irrumpieron en la escuela secundaria Stratford en Goose Creek, Carolina del Sur, y ordenaron a los niños que se tiraran al piso a punta de pistola para buscar drogas. Los estudiantes que no hicieron lo que se les dijo fueron esposados. Esta incursión violenta contra niños inocentes ha llevado a los grupos contra la guerra contra las drogas a pedir el fin de las tácticas de miedo que violan los derechos civiles de los jóvenes estadounidenses.
“Parece que la policía y el director olvidaron en qué país viven”, dijo Ethan Nadelmann, director ejecutivo de Drug Policy Alliance. “¿Desde cuándo enviamos policías armados a las escuelas para aterrorizar a los escolares? Si hubiera habido un francotirador o una situación de rehenes en la escuela, uno podría entenderlo, pero es difícil ver alguna razón para el uso de tales tácticas de estado policial”.
La Alianza pidió la renuncia de quien sea responsable de esta “grave violación de los derechos civiles”, dijo Nadelmann, ya sea el director de la escuela secundaria o el jefe de policía.
“Enviar tropas armadas a las escuelas crea mucho más peligro que cualquier amenaza potencial de consumo de drogas”, continuó Nadelmann. “La policía local y este director parecen haber perdido todo sentido de la proporcionalidad. Deben renunciar de inmediato y ser desviados a un curso de actualización sobre la Declaración de Derechos. Si alguna vez necesitábamos evidencia de que la guerra contra las drogas ha ido demasiado lejos, aquí está”.
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