La guerra contra las drogas ha causado un daño inconmensurable en Estados Unidos. Y Estados Unidos ha exportado sus destructivas políticas de drogas a nivel internacional. A pesar de la creciente evidencia de que los enfoques punitivos no funcionan para lograr sus objetivos declarados (acabar con el consumo y la venta de drogas), estos enfoques han continuado. Y han tenido efectos devastadores sobre los derechos humanos y la salud. En Estados Unidos y en todo el mundo, han provocado criminalización masiva, transmisión de enfermedades, represión y desplazamiento.
En asociación con Reducción de Daños Internacional (HRI), nuestro informe Un mundo de daño: cómo los contribuyentes estadounidenses financian la guerra mundial contra las drogas en lugar de respuestas sanitarias basadas en evidencia Muestra cómo la asistencia estadounidense ha apoyado y ampliado respuestas antidrogas destructivas y letales en países de ingresos bajos y medios de todo el mundo.
Además del análisis de datos sobre el seguimiento del dinero, el informe contiene tres estudios de casos. Los ejemplos de Colombia, México y Filipinas revelan el daño devastador que causa este gasto.
Para detener el daño, nuestras recomendaciones exigen cambios en todos los niveles. Estados Unidos debe desinvertir en la injusta guerra contra las drogas e invertir en programas –tanto a nivel nacional como internacional– que prioricen la comunidad, la salud y la justicia.