Marcadas disparidades raciales en el encarcelamiento por drogas encontradas en todo EE. UU. Algunos estados envían a hombres negros a prisión en tasas de 27 a 57 veces mayores que los blancos

Presione soltar 7 de junio de 2000
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Observador de derechos humanos

La guerra de Estados Unidos contra las drogas se ha librado abrumadoramente contra los estadounidenses negros, señaló Human Rights Watch en un nuevo informe publicado hoy.

El informe, “Castigo y prejuicio: disparidades raciales en la guerra contra las drogas”, incluye el primer análisis estado por estado del papel de la raza y las drogas en las admisiones a las prisiones. Los 37 estados estudiados por Human Rights Watch envían a la cárcel a negros infractores de drogas en tasas mucho más altas que a blancos.

“Estas disparidades raciales son un escándalo nacional”, dijo Ken Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch. “Los infractores de drogas blancos y negros reciben un trato radicalmente diferente en el sistema de justicia estadounidense. Esto no solo es profundamente injusto para los negros, sino que también corroe el ideal estadounidense de justicia igualitaria para todos”.

Los diez estados con las mayores disparidades raciales son: Illinois, Wisconsin, Minnesota, Maine, Iowa, Maryland, Ohio, Nueva Jersey, Carolina del Norte y Virginia Occidental. En estos estados, los hombres negros son enviados a prisión por cargos de drogas a una tasa de 27 a 57 veces mayor que la de los hombres blancos.

“La mayoría de los delincuentes por drogas son blancos. Cinco veces más blancos usan drogas que negros”, dijo Jamie Fellner, abogado asociado de Human Rights Watch y autor del informe. “Pero los negros constituyen la gran mayoría de los delincuentes por drogas enviados a prisión. La solución a esta inequidad racial no es encarcelar a más blancos, sino reducir el uso de la prisión para los delincuentes de drogas de bajo nivel y aumentar la disponibilidad de tratamiento por abuso de sustancias”.

Entre los hallazgos clave del informe:

“Castigo y prejuicio” también documenta cómo la aplicación de la ley antidrogas ha alimentado la explosión de la población carcelaria de EE. UU. Durante la década de 1990, más de cien mil personas ingresaron en prisión por cargos de drogas cada año. Desde 1980 se han producido más de 1,5 millones de admisiones en prisión por cargos relacionados con las drogas. El encarcelamiento de delincuentes no violentos relacionados con las drogas ha impulsado la tasa de encarcelamiento vertiginosa del país, la más alta del mundo occidental.

Human Rights Watch pide cambios en las estrategias de control de drogas para minimizar su impacto racialmente desproporcionado y reducir el encarcelamiento excesivo de delincuentes no violentos. Entre sus recomendaciones, Human Rights Watch insta a los estados a:

A young woman holds a sign that says "End the Drug War."

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