El zar de las drogas cancela la engañosa campaña publicitaria "Drogas y terrorismo"

Después de gastar decenas de millones de dólares de los contribuyentes en una controvertida campaña publicitaria que culpa a los estadounidenses que usan drogas de financiar el terrorismo, la Casa Blanca decidió esta semana retirar los anuncios. La Oficina de Política Nacional de Control de Drogas (ONDCP) también decidió eliminar un estudio anual que ha utilizado para medir la efectividad de sus propios anuncios. El estudio del año pasado resultó vergonzoso para la ONDCP, ya que descubrió que una importante campaña reciente no había logrado reducir el consumo de drogas entre los adolescentes. Los críticos han aplaudido la cancelación de la campaña publicitaria contra el terrorismo, mientras cuestionan el recorte de la evaluación anual.

“Esta campaña en realidad no se trataba de prevención”, dijo Ethan Nadelmann, director ejecutivo de Drug Policy Alliance, la principal organización del país que promueve alternativas a la guerra contra las drogas. “Estaba destinado a decirles a los adultos escépticos que la fallida guerra contra las drogas aún importaba después del 11 de septiembre. No es de extrañar que los jóvenes lo ignoraran”.

En medio de las crecientes críticas a los anuncios y las preguntas sobre su rentabilidad, el Congreso había reducido recientemente el presupuesto publicitario de la ONDCP en aproximadamente $25 millones, a $150 millones.

Tras el lanzamiento de la campaña en febrero de 2002, la Alianza lideró la lucha, en los medios y en otros lugares, para poner fin a los anuncios. Muchos críticos prominentes estuvieron de acuerdo y señalaron:

De hecho, los anuncios eran engañosos: culpaban a las drogas y a los estadounidenses no violentos de financiar el terrorismo, cuando, de hecho, la guerra contra las drogas en sí misma es responsable de crear los mercados ilegales que generan esos fondos. Culpar a los estadounidenses de financiar el terrorismo es como culpar a los consumidores de alcohol en la década de 1920 por la violencia de Al Capone.

• Los anuncios desperdiciaron recursos preciosos: el gobierno federal estaba gastando decenas de millones de dólares en una campaña publicitaria impresa y televisiva para demonizar a los estadounidenses cuando más de la mitad de las personas en el país que necesitan tratamiento por drogas no pueden obtenerlo.
• Los anuncios tenían motivaciones políticas: la oficina del zar antidrogas usó millones de dólares de los contribuyentes para tratar de persuadir al público estadounidense y al Congreso de que todavía vale la pena financiar la fallida guerra contra las drogas.
• Los anuncios no hicieron nada para educar a los niños sobre los riesgos para la salud del consumo de drogas, ni para estimular un diálogo real entre padres e hijos sobre las drogas. En cambio, vincularon deshonestamente la guerra contra las drogas con la guerra contra el terrorismo en un esfuerzo cínico y desesperado por proteger los presupuestos de la guerra contra las drogas.

A medida que los presupuestos estatales y federales sufren déficits y enfrentan dolorosos recortes de gastos, los críticos dicen que los anuncios de prevención de drogas para jóvenes deben cumplir con los más altos estándares de rentabilidad, y deben abandonarse de inmediato si se demuestra que no son efectivos. Sin embargo, la ONDCP ya no evaluará científicamente sus propios anuncios.

"¿No sería genial si todos pudiéramos descartar nuestras propias evaluaciones de desempeño cuando fallamos?" agregó Nadelmann. “Es parte integral de la guerra contra las drogas: fracasar más, gastar más y enterrar la cabeza en la arena”.

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