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Se espera que el presidente Trump declare hoy una emergencia de salud pública por la crisis de sobredosis de opioides. Según informes de prensa, Trump emitirá una directiva muy limitada que no implica nuevos fondos federales para la crisis. Los defensores dicen que la declaración planeada de Trump puede ser un pequeño paso en la dirección correcta, pero que el enfoque más amplio de la administración sobre la política de drogas es parte del problema.
“La declaración del presidente Trump hoy equivale a una gota en el océano en comparación con lo que la Casa Blanca y el Congreso deberían ofrecer para abordar esta crisis”, dijo Grant Smith, subdirector de asuntos nacionales de Drug Policy Alliance. “Necesitamos un plan bien pensado por parte de la administración Trump que resuelva los muchos obstáculos que enfrentan las personas al tratar de acceder al tratamiento asistido por medicamentos y naloxona para salvar vidas. Necesitamos nuevos fondos del Congreso para reparar nuestra infraestructura de tratamiento rota y aumentar las capacidades de salud pública para poner fin a esta crisis. Necesitamos implementar estrategias comprobadas que aún no se han probado en los EE. UU., como instalaciones de inyección supervisadas para prevenir muertes por sobredosis y reducir los daños relacionados con los opioides. Necesitamos poner fin a la criminalización de las drogas y dejar de encarcelar a las personas que están luchando”.
Existen serias dudas sobre si la administración Trump utilizará efectivamente una declaración de emergencia en los próximos días y semanas, o si la utilizará como excusa para intensificar la guerra contra las drogas. En los últimos meses, el presidente Trump ha expresado en repetidas ocasiones su apoyo a los enfoques de "aplicación de la ley fuerte" para hacer frente al consumo de drogas, mientras dice o hace poco para ofrecer una respuesta de salud pública a la crisis. El Fiscal General Jeff Sessions ha seguido una agenda de línea dura sobre la política de drogas. A los defensores les preocupa que una declaración de emergencia pueda dar a la administración de Trump una mayor influencia para presionar al Congreso para obtener más fondos para la lucha contra las drogas y leyes de sentencias más duras. Tal enfoque ya se ha implementado durante décadas, ha demostrado ser totalmente ineficaz para reducir el consumo de drogas o cualquier daño relacionado con las drogas, y ha tenido un efecto devastador en las personas de los EE. UU., particularmente en las comunidades de color.
“El presidente Trump tiene un largo historial de uso de la retórica de línea dura para hablar sobre cómo su administración debe abordar la política de drogas”, dijo Smith. “Existe el peligro de que este presidente use una declaración de emergencia como excusa para intensificar la guerra contra las drogas con más fondos para encerrar a más personas y leyes de sentencias más duras”.
Las intervenciones de prevención, tratamiento y reducción de daños basadas en evidencia pueden ayudar a detener la ola de muertes por sobredosis de opioides. La Drug Policy Alliance ha detallado propuestas políticas específicas a este respecto en su “Plan de Salud y Seguridad Pública para Abordar el Uso Problemático y la Sobredosis de Opioides.” La propia comisión bipartidista de opioides de Trump también ha ofrecido muchas recomendaciones centradas en la salud. Si Trump acepta estas recomendaciones y se aleja de las políticas fallidas de la guerra contra las drogas, su administración tiene la oportunidad de trazar un nuevo rumbo en la crisis de las sobredosis.
“Cualquier plan significativo para abordar las sobredosis de opioides debe comenzar por reconocer cómo la guerra contra las drogas ha contribuido a la falta generalizada de educación sobre las drogas y al acceso deficiente a la prevención y el tratamiento de sobredosis, que prepararon el escenario para esta crisis”, dijo Maria McFarland Sánchez-Moreno, directora ejecutiva de Drug Policy Alliance. “Mientras Trump mantenga la guerra contra las drogas, iniciativas como las que esperamos que anuncie hoy serán como poner una tirita en una herida de bala”.